Seamos francos, ¡a todos nos encantan los dulces! Cuando vamos al supermercado, con frecuencia buscamos alimentos y bebidas dulces que satisfagan nuestro antojo de dulces. Pero debido a la creciente preocupación de los consumidores respecto de la obesidad y la diabetes, es necesario hacer una reformulación para satisfacer la demanda de productos con un bajo contenido de azúcar sin que sea necesario renunciar al sabor.
El azúcar es un edulcorante único con características muy específicas que lo diferencian del resto de los edulcorantes. Algunas de estas características incluyen el volumen, la textura, la sensación en boca, la cristalización y el efecto de dorado al hornearse.
Entonces, ¿cómo podemos reformular los productos sin perder el sabor dulce que todos deseamos? Una opción es la alulosa, un edulcorante monosacárido, de bajas calorías, con un sabor similar al del azúcar. Si se le compara con el azúcar, la alulosa tiene una textura similar y funciona como tal en muchas aplicaciones; incluso se dora cuando se hornea. Al igual que el azúcar, la alulosa también puede sumar volumen y puede utilizarse junto con otros edulcorantes.
La alulosa tiene aproximadamente un 90% menos de calorías que el azúcar, lo que la hace una buena alternativa en los productos en los que se reemplaza el azúcar parcial o totalmente. Su dulzura se asemeja en casi un 70% a la del azúcar. La alulosa se puede utilizar en una amplia variedad de productos, entre ellos:
- Productos de panadería y bollería
- Bebidas gasificadas y no gasificadas
- Goma de mascar
- Postres lácteos congelados, como helados comunes o de máquina
- Gelatinas, budines y rellenos
- Caramelos duros y blandos
- Mermeladas y jaleas
- Aderezos para ensalada
- Yogur, incluso helado de yogur